lunes, 7 de mayo de 2012

6.- UN NUEVO CAMINO QUE INICIA…

Me sentía flotar, viajaba hacia una luz al final de un túnel, una voz dulce y femenina me hablaba mostrándome escenas, como si fuera una película.

-Nuestro hogar es uno de los más antiguos, nuestra líder nos gobierna desde el principio, nuestra raza se caracteriza porque el último de mi planeta nació cuando en la tierra aún existían los dinosaurios, nuestra civilización no evoluciona, lo hacemos individualmente, yo comencé en un área de laboratorio, mientras me preparaba para ser científica bióloga y ahora soy supervisor científico, nos demoramos más en crecer, pero cuando llegamos a la edad adulta, nuestro sistema no comienza a deteriorarse como los humanos, no envejecemos, sólo podemos morir igual que ustedes cuando los hieren o nos retiran el gen activador del gen que produce el inicio del deterioro celular, aunque podemos elaborar uno artificialmente, no lo podemos aplicar a uno de nosotros, nuestros cuerpos no lo soportan, sólo podemos reintegrar el que nos fue retirado, porque al iniciar nuestro envejecimiento, cada año nuestro son dos años terrestres. Sabemos que nuestro gen inhibidor, lo llamaremos así por su función, tanto el artificial como el natural, podemos aplicarlos en los seres humanos, razón por la cual escogemos a personas enfermas que estén en la etapa terminal, aplicamos la cura y el gen, con eso, inicialmente rejuvenece hasta la etapa adulta, si es mayor, en caso contrario, continúa su crecimiento normal, pero más lento, durante ese tiempo los preparamos emocional y intelectual, para ser ubicado en una función de acuerdo a sus capacidades. Nosotros encontramos a nuestro compañero por medio de los sueños, podemos hacer muchas más cosas, pero en este caso, así nos comunicamos. Nuestra líder tuvo un hijo, el cual no estaba contento con este orden, él quería ser el líder algún día, por ello intentó matarla, como lo detuvieron antes de conseguirlo, fue condenado a vida mortal, es decir, aplicamos el aislamiento y retiro del gen inhibidor, y terminaría su vida como un anciano común, pero los seguidores del príncipe lo rescataron y se llevaron a la mujer a quien le implantamos el gen extraído, en la lucha en donde terminamos con: nuestra nave estrellada, la joven, tu padre y tú, una bebé, y yo, atrapados en fuego cruzado entre los opositores y nuestros hombres, por lo que los llevé hacia otro lado mientras ustedes escapaban. El despertador sonó, lo que indicaba que tenía que levantarme.

Al otro día, mientras preparaba la comida, apareció Matt en la cocina.

-Me gustaría saber a dónde fuiste anoche, me preguntó

-A mi cama, por supuesto – respondí

-Me refiero a después de acostarte.

-A los brazos de Morfeo…

-No me veas la cara de idiota, a media noche bajé por un vaso de agua, ví una sombra salir al patio, la seguí, resultó ser tu manía por caminar a media noche, aunque después desapareciste ante mis ojos, - lo miré como si se hubiera vuelto loco.

-Lo siento, no soy sonámbula…

-Lamento informarte que si lo eres, no puedes saberlo, ya que estás dormida.

-Como usted diga, pero en este momento tengo mucho trabajo – coloqué unas papas sobre el mesón y comencé a pelarlas, me cansaban las discusiones que no llegaban a ningún lugar.

-Dariselle, Dariselle, debes hablar con tu padre – decía una voz femenina, la misma del sueño de la otra noche, aunque también escuchó ese molesto timbre que odiaba, me arreglé y comencé con mi día normal, esa tarde caminó rumbo al supermercado.

-Hola amorcito, por fin te encontré – escuché una voz ronca, lamentablemente conocida.

-Disculpe, tengo cosas más importantes quehacer…

-UUUhhhh, había olvidado tu carácter, siempre me encantó eso de ti, - como ya lo conocía, traté de pasar a su lado, pero afirmó mi brazo, lo que me enfureció, ¿qué pasó con su esposa?, al mirarlo a los ojos, pude ver la codicia en ellos, entonces entendí lo que quería.

-Lamento darte la mala noticia, pero se descubrió que no soy hija de quien tú crees, por lo que te recomiendo ni soñar con ese dinero – me miró horrorizado, al ver que hablaba en serio, se negaba a aceptar las palabras que escuchaba, trató de convencerme de que estaba equivocada, pero al mirarlo a los ojos estuve segura de lo que realmente quería y eso era dinero, después de la humillación de saber que jugaba con mis sentimientos, sabía lo que debía hacer, levante mi barbilla orgullosamente.- Disculpe, pero he perdido un tiempo importante hablando con usted, - lo miré fríamente – por lo que veo tiene muy mala memoria – sentí que apretaba mi brazo, pero no supe de donde saqué fuerza para enfrentarlo, en vez de intimidarme me provocó rabia, lo empujé con tanta fuerza que tropezó con unas ligustrinas de un metro que estaban detrás de él, lo que  cayó de espalda al otro lado de las plantas con los pies levantados, salí corriendo a tomar un taxi para continuar con mi camino. Aunque estaba nerviosa compré todo lo encargado, al llegar a casa lo guardé todo y me encerré en mi dormitorio un momento a llorar, más que de dolor era rabia, si no lo hubiera visto a los ojos, quizás habría caído nuevamente, ahora estaba segura que todo acabó, miré la hora, tenía que preparar la cena.

Al servir la comida, sentí la mirada de Matt sobre mí, bajé la cabeza porque me estaba sintiendo incómoda, sentía que cuando me miraba a los ojos podía saber lo que él pensaba, me estaba cansando la situación, a cada persona que veía los ojos de alguna persona, creía saber lo que pensaba en ese momento. Después de la cena, lavaba la vajilla, sentí la presencia del hombre parado en la entrada de la cocina, eso era otra cosa que me molestaba, podía sentir su presencia sin  verlo, no me gustaba eso, porque él tenía la capacidad de sacarme de mi mundo donde estaba tranquila y segura, y llevándome a la realidad.

-¿Por qué estuviste llorando? – sentí un frío que comenzó en el estómago y me recorrió el cuerpo, quería salir corriendo, nunca me gustó mostrar mis debilidades, me sentía indefensa, antes las mostré ante Andrés y él las usó en mi contra, me engañó y no permitiré que me vuelva a ocurrir.

- No se preocupe, señor, no es nada.

- Por Cristo, deja de tratarme con tanta formalidad, estoy harto – dijo furioso – puedo ser un poco mayor, pero no tu abuelo, ¿cómo que no te ocurre nada?, claramente estuviste llorando, tienes los ojos irritados – me enojé, no quería a nadie metiendo la nariz en mis cosas, ¿quién se creía él para hacerlo? Lo miré furiosa 
– no, si ya conocí esa faceta, no te gusta que se interesen por ti, no ves más allá de tu nariz, te escondes a lamentar tus heridas, pero no haces nada para curarlas – furioso salió dejándome sola.
Tenía la agradable sensación de flotar, un suave calor me envolvía, un frío en los pies… ¿frío en los pies?, abrí los ojos asustada, estaba en el jardín trasero de la casa, parada, descalza, sobre un charco de agua.

-¿Ahora crees lo que te dije?, - preguntó Matt detrás de mí, me sobresalté al escuchar la voz, aunque ya lo había presentido - ¿qué tal el chapoteo? – lo miré e imité su frase burlona – tengo entendido que mojando los pies del sonámbulo se logra despertarlo. Vuelve a la cama, mañana,- miró la hora – mejor dicho en un par de horas conversaremos de esto, - aún confundida miré alrededor como esperando una respuesta a lo que estaba ocurriendo, fue raro, sentí la presencia de alguien más, nunca antes había ocurrido antes ¿o sí?

-¿Quién está ahí? – pregunté asustada.

-Soy tu futuro, el que no conoces aún, - escuché una voz de hombre, caminé en dirección a una sombra que se ocultaba detrás de las plantas, no lo veía, sólo sabía que estaba ahí.

-¿Qué quiere? – le pregunté.

-Necesito que me acompañes.

-¿A dónde?

-Hay alguien que tienes que conocer, - sentí una tibieza en el pecho, algo nunca antes sentido, era como un sueño, confiaba por primera vez, no me sentía sola, - sé que ahora comienzas a conocerte, tienes un don que se desarrollará lentamente, pero debes confiar en ti – él hombre salió de su escondite, pude ver su rostro y sobre todo sus ojos, una corriente eléctrica me golpeó en la cabeza, me sentía aturdida, muchas imágenes aparecieron en mi cabeza como una película acelerada, el hombre parado delante de mí, estaba más joven junto a una mujer muy parecida a mí, estaban como un matrimonio feliz, se reflejaba en su alegría, sus ojos. La imagen se desvaneció, mi mente estaba en blanco, lo que me confundió más.

-¿Alguien anotó la matrícula del camión que me arrolló?, ¿qué sucede? -  miré a mi alrededor - ¿alguien me lo puede explicar? – ya me sentía más consiente, sentí un miedo sin razón aparente, sólo quería escapar, entré corriendo a la casa.

-No podrás escapar de ti misma, por mucho que corras – me dijo él.

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