martes, 22 de mayo de 2012

7.- CONOCIENDO SU SECRETO…



Estaba en una colina nevada, veía un grupo de personas bajando por ella, el  hombre que era su verdadero padre, estaba más joven, viajaba en un trineo pequeño, en sus brazos llevaba un bebé de alrededor de un año, a su lado dos  hermosas y jóvenes mujeres, detrás a cierta distancia, un grupo de hombres con trajes blancos y Skies lanzándole pequeñas esferas luminosas salidas de sus manos, en la ladera de la colina estaba un pueblo desolado, se ocultaron en una de las casas, sin embargo los hombres los estaban cercando.
-Debes llevarte a ambas a un lugar seguro, sobre todo a Nadia, no debe caer en sus manos, los distraeré para que puedan escapar, - lo besó en los labios y caminó sigilosamente hacia la casa vecina, mientras el hombre, la segunda mujer y la bebé caminaron en rumbo opuesto. Al escuchar el alboroto al tratar de atraparla, el grupo consigue escapar a penas, silenciosamente lograron llegar a la localidad vecina, en donde tomaron un bus para llegar a una ciudad más poblada, en donde esperaron a ser rescatados.
En la ciudad, el hombre se colocó en contacto con su hermano, había decidido que no quería arriesgar más a su hija a los peligros. Después de dejar a la niña, regresó a buscar a Nadia en donde la dejó oculta, pero no  la encontró, cuando lo rescataron trataron de rastrear a la mujer, pero sin resultado.
Desperté sudorosa, como si realmente hubiera estado corriendo y  sentía una aflicción en el pecho, me vestí la bata sobre el pijama, necesitaba tomar aire, refrescarme, caminé hasta el patio, el sueño fue tan vivido, casi real; mirar el jardín  me relajaba, la luna lucía grande y hermosa sobre el pequeño bosque, aunque sentía no estar sola, miraba el cielo, ese lugar me hacía sentir especial y única.
-Eres única y especial, - escuché una voz que llegó desde el bosque – aunque tú no lo sabes, eres única como cada uno de nosotros – antes de ver quien era, ya sentía la conocida calidez en el pecho, lo que me indicó la llegada de mi padre, aún no me acostumbro a decirle así – sé que tienes muchas preguntas, te vuelvo a pedir que me acompañes, por  favor – extendió el brazo para ofrecerme su mano, ahora sentía que debía hacerlo, sentía una confianza que me era inexplicable, tomé su mano a modo de aceptación, al tomar su mano, una luz nos envolvió y sentí que flotaba, miré mis pies, si, realmente estaba flotando, me asusté, por lo que me aferré con fuerza al brazo, como respuesta él me acarició la mano, todo ocurría igual que en mis sueños, miré desde donde provenía la luz, no había nada, hasta que la luz se hizo generalizada, ya no estaba en el jardín, sino que en una habitación clara, no sabía definirla si era blanca o un tono más claro que el  beige, al costado derecho habían unas cápsulas transparente  que eran desde el piso hasta casi llegar al techo de la sala, en el centro del cuarto, unas cajas lisas que parecían ser plásticas, en las paredes habían ventanas que parecían transparentes, pero sin vista al exterior, tenían simbolos mezclados entre líneas rectas y curvas, aunque lo que más me llamó la atención fue ver a la mujer que estaba parada a mi izquierda, era como verme en un espejo, su contextura delgada, su rostro más blanco y pálido que el mío, ojos semi orientales oscuros rodeados de pestañas largas y crespas, naríz pequeña y respingada, su rostro era dulce, suave y tal como lo recordaba del sueño de esa noche.
-Te he esperado por mucho tiempo, hija querida – dijo la mujer al abrir sus brazos a modo de  invitación, me recorrió la calidez conocida que me obligó a refugiarme en esos brazos, fue tan emotivo que no pude evitar llorar al sentir esa calidez tan especial que sentía cada vez que estaba con mis verdaderos padres.

No podía creerlo, me sentía confundida, no sabía como enfrentar esta situación, me sentía dividida, aún más al enterarme del secreto de mi origen, tenía que tranquilizarme y mirar las cosas desde una perspectiva externa. Estaba con esos pensamientos, cuando sentí la presencia de Matt, él entró en la cocina, abrió el refrigerador, sirvió algún líquido en un vaso, luego se fue en silencio, yo no lo miré, ya que estaba ocupada limpiando la parte baja del mueble tipo americano, por lo que tenía la mitad del cuerpo dentro del mueble, algo me tenía intranquila, no sabía que era, lo escuché salir, pero sentía que aún estaba en la cocina, cuando creí que no aguantaría más, él me preguntó:
-¿Qué haces ahí?
-Estoy jugando al escondite – respondí enojada, es que este hombre era ciego o tonto que me hacía esa pregunta tan tonta - ¿por qué me pregunta, quiere participar?
-Oh, no, no, yo paso, gracias, estoy muy bien aquí – algo en su tono de voz me alertó aún más sobre mis dudas, iba a continuar con su labor, tenía que saber qué estaba pasando, salí del mueble, al mirar hacia la puerta de la cocina él estaba sentado en la esquina del mueble que estaba frente del que estaba limpiando, me miraba pícaramente, tomó el último sorbo de jugo del vaso, de un salto bajó del mueble, antes de salir de la cocina dijo – la vista desde aquí era muy interesante, sería tonto participar – .
-Matthew Hollinger, eres un descarado sinvergüenza – le dije furiosa, mientras él lanzaba carcajadas.
-Lo sé, y no pienso cambiar – al verlo salir tan campante, riéndose de mi, enojada lo imaginé sentado en un charco de lodo.
-Te quiero ver sentado en el barro, para reírme a gusto. – Aún no terminaba la frase cuando escuché que la risa de Matt se transformaba en una exclamación, corrí para ver la escena, el hombre estaba sentado al lado de un rosal, sentado en medio de un charco no muy grande, pero lo suficiente para ensuciarlo.
-Vaya, por lo que veo, cayó en el representante tangible de lo que tiene en su cerebro – le dije en forma seria para luego soltar la carcajada.
-Ríe todo lo que quieras, que así nos toca, después no te quejes – sentenció él, en eso llegó don Erasmo muy afligido.
-Lo siento señor, creí haber guardado la manguera, no sé qué ocurrió, le ofrezco mis dis…
-No te preocupes, me ducho, cambio de ropa, asunto olvidado, - mientras yo miraba el cielo como viendo una mosca volar, sabía que sería amonestada por esto, pero nada me quitaría el gusto de la escena antes vista, al bajar la cabeza y mirar a Matt, me regresó un ataque de risa, él me miró enojado, se levantó dignamente y entró en la cocina.
-Dariselle, ven inmediatamente al bosque,- escuché a mi madre llamarme.
-Ups, llegó mi hora,- haciendo saludo militar – si, señora.
-No seas irrespetuosa y camina.
-Ya voy, pero no se enoje – imité los gestos  de un conocido cómico de la televisión – es que no me tienen paciencia – caminé hacia el bosque, mientras miraba al pobre de don Erasmo, quien aún trataba de explicarse lo sucedido.

Dos horas más tarde, mientras ultimaba los detalles de la limpieza de la cocina, Dariselle pensaba en la discusión con su madre, parecía oírla.
-Te advertimos que no jugaras con tus dones, debe permanecer en secreto, ningún ser humano debe conocerlos, ya que sería peligroso.
-Pero si era sólo una broma, no es para tanto.
-Ah, sí, fue una broma, pero ese tipo de bromas puede salir de tus manos, y puede terminar en tragedia, recuerda que aún no  conoces hasta donde puedes llegar.
-Ya, ya entendí… el mensaje, no tienes para qué seguir dándole a la misma canción.
-Si entendiste, espero no vuelvas a comportarte como una niña caprichosa y mimada – esas palabras me dolieron mucho.
-Puedes llamarme caprichosa, pero… pero mimada, tengo curiosidad por saber ¿por quién fui mimada?, tal vez por ustedes o por mis padres adoptivos – le dije irónicamente.
-Lo siento, esa fue la única solución.
-¿por qué no me buscaron después? – le pregunté.
-Porque ya eras parte de este mundo, ya tenías una vida, no podíamos alterar eso.
-He visto por televisión reportajes de personas que son raptadas, y no todas regresan.
-No somos la única civilización que visita la Tierra, te lo aseguro, como somos exploradores, tratamos que eso no ocurra, por eso hay un tratado entre nosotros de que ninguno se aproveche de los habitantes de este planeta, y otros como ustedes; en cuanto a los que son raptados y no regresan, permíteme decirte que no sólo los viajeros son de este tiempo, en tal caso tenemos leyes que rigen esas situaciones.

lunes, 7 de mayo de 2012

6.- UN NUEVO CAMINO QUE INICIA…

Me sentía flotar, viajaba hacia una luz al final de un túnel, una voz dulce y femenina me hablaba mostrándome escenas, como si fuera una película.

-Nuestro hogar es uno de los más antiguos, nuestra líder nos gobierna desde el principio, nuestra raza se caracteriza porque el último de mi planeta nació cuando en la tierra aún existían los dinosaurios, nuestra civilización no evoluciona, lo hacemos individualmente, yo comencé en un área de laboratorio, mientras me preparaba para ser científica bióloga y ahora soy supervisor científico, nos demoramos más en crecer, pero cuando llegamos a la edad adulta, nuestro sistema no comienza a deteriorarse como los humanos, no envejecemos, sólo podemos morir igual que ustedes cuando los hieren o nos retiran el gen activador del gen que produce el inicio del deterioro celular, aunque podemos elaborar uno artificialmente, no lo podemos aplicar a uno de nosotros, nuestros cuerpos no lo soportan, sólo podemos reintegrar el que nos fue retirado, porque al iniciar nuestro envejecimiento, cada año nuestro son dos años terrestres. Sabemos que nuestro gen inhibidor, lo llamaremos así por su función, tanto el artificial como el natural, podemos aplicarlos en los seres humanos, razón por la cual escogemos a personas enfermas que estén en la etapa terminal, aplicamos la cura y el gen, con eso, inicialmente rejuvenece hasta la etapa adulta, si es mayor, en caso contrario, continúa su crecimiento normal, pero más lento, durante ese tiempo los preparamos emocional y intelectual, para ser ubicado en una función de acuerdo a sus capacidades. Nosotros encontramos a nuestro compañero por medio de los sueños, podemos hacer muchas más cosas, pero en este caso, así nos comunicamos. Nuestra líder tuvo un hijo, el cual no estaba contento con este orden, él quería ser el líder algún día, por ello intentó matarla, como lo detuvieron antes de conseguirlo, fue condenado a vida mortal, es decir, aplicamos el aislamiento y retiro del gen inhibidor, y terminaría su vida como un anciano común, pero los seguidores del príncipe lo rescataron y se llevaron a la mujer a quien le implantamos el gen extraído, en la lucha en donde terminamos con: nuestra nave estrellada, la joven, tu padre y tú, una bebé, y yo, atrapados en fuego cruzado entre los opositores y nuestros hombres, por lo que los llevé hacia otro lado mientras ustedes escapaban. El despertador sonó, lo que indicaba que tenía que levantarme.

Al otro día, mientras preparaba la comida, apareció Matt en la cocina.

-Me gustaría saber a dónde fuiste anoche, me preguntó

-A mi cama, por supuesto – respondí

-Me refiero a después de acostarte.

-A los brazos de Morfeo…

-No me veas la cara de idiota, a media noche bajé por un vaso de agua, ví una sombra salir al patio, la seguí, resultó ser tu manía por caminar a media noche, aunque después desapareciste ante mis ojos, - lo miré como si se hubiera vuelto loco.

-Lo siento, no soy sonámbula…

-Lamento informarte que si lo eres, no puedes saberlo, ya que estás dormida.

-Como usted diga, pero en este momento tengo mucho trabajo – coloqué unas papas sobre el mesón y comencé a pelarlas, me cansaban las discusiones que no llegaban a ningún lugar.

-Dariselle, Dariselle, debes hablar con tu padre – decía una voz femenina, la misma del sueño de la otra noche, aunque también escuchó ese molesto timbre que odiaba, me arreglé y comencé con mi día normal, esa tarde caminó rumbo al supermercado.

-Hola amorcito, por fin te encontré – escuché una voz ronca, lamentablemente conocida.

-Disculpe, tengo cosas más importantes quehacer…

-UUUhhhh, había olvidado tu carácter, siempre me encantó eso de ti, - como ya lo conocía, traté de pasar a su lado, pero afirmó mi brazo, lo que me enfureció, ¿qué pasó con su esposa?, al mirarlo a los ojos, pude ver la codicia en ellos, entonces entendí lo que quería.

-Lamento darte la mala noticia, pero se descubrió que no soy hija de quien tú crees, por lo que te recomiendo ni soñar con ese dinero – me miró horrorizado, al ver que hablaba en serio, se negaba a aceptar las palabras que escuchaba, trató de convencerme de que estaba equivocada, pero al mirarlo a los ojos estuve segura de lo que realmente quería y eso era dinero, después de la humillación de saber que jugaba con mis sentimientos, sabía lo que debía hacer, levante mi barbilla orgullosamente.- Disculpe, pero he perdido un tiempo importante hablando con usted, - lo miré fríamente – por lo que veo tiene muy mala memoria – sentí que apretaba mi brazo, pero no supe de donde saqué fuerza para enfrentarlo, en vez de intimidarme me provocó rabia, lo empujé con tanta fuerza que tropezó con unas ligustrinas de un metro que estaban detrás de él, lo que  cayó de espalda al otro lado de las plantas con los pies levantados, salí corriendo a tomar un taxi para continuar con mi camino. Aunque estaba nerviosa compré todo lo encargado, al llegar a casa lo guardé todo y me encerré en mi dormitorio un momento a llorar, más que de dolor era rabia, si no lo hubiera visto a los ojos, quizás habría caído nuevamente, ahora estaba segura que todo acabó, miré la hora, tenía que preparar la cena.

Al servir la comida, sentí la mirada de Matt sobre mí, bajé la cabeza porque me estaba sintiendo incómoda, sentía que cuando me miraba a los ojos podía saber lo que él pensaba, me estaba cansando la situación, a cada persona que veía los ojos de alguna persona, creía saber lo que pensaba en ese momento. Después de la cena, lavaba la vajilla, sentí la presencia del hombre parado en la entrada de la cocina, eso era otra cosa que me molestaba, podía sentir su presencia sin  verlo, no me gustaba eso, porque él tenía la capacidad de sacarme de mi mundo donde estaba tranquila y segura, y llevándome a la realidad.

-¿Por qué estuviste llorando? – sentí un frío que comenzó en el estómago y me recorrió el cuerpo, quería salir corriendo, nunca me gustó mostrar mis debilidades, me sentía indefensa, antes las mostré ante Andrés y él las usó en mi contra, me engañó y no permitiré que me vuelva a ocurrir.

- No se preocupe, señor, no es nada.

- Por Cristo, deja de tratarme con tanta formalidad, estoy harto – dijo furioso – puedo ser un poco mayor, pero no tu abuelo, ¿cómo que no te ocurre nada?, claramente estuviste llorando, tienes los ojos irritados – me enojé, no quería a nadie metiendo la nariz en mis cosas, ¿quién se creía él para hacerlo? Lo miré furiosa 
– no, si ya conocí esa faceta, no te gusta que se interesen por ti, no ves más allá de tu nariz, te escondes a lamentar tus heridas, pero no haces nada para curarlas – furioso salió dejándome sola.
Tenía la agradable sensación de flotar, un suave calor me envolvía, un frío en los pies… ¿frío en los pies?, abrí los ojos asustada, estaba en el jardín trasero de la casa, parada, descalza, sobre un charco de agua.

-¿Ahora crees lo que te dije?, - preguntó Matt detrás de mí, me sobresalté al escuchar la voz, aunque ya lo había presentido - ¿qué tal el chapoteo? – lo miré e imité su frase burlona – tengo entendido que mojando los pies del sonámbulo se logra despertarlo. Vuelve a la cama, mañana,- miró la hora – mejor dicho en un par de horas conversaremos de esto, - aún confundida miré alrededor como esperando una respuesta a lo que estaba ocurriendo, fue raro, sentí la presencia de alguien más, nunca antes había ocurrido antes ¿o sí?

-¿Quién está ahí? – pregunté asustada.

-Soy tu futuro, el que no conoces aún, - escuché una voz de hombre, caminé en dirección a una sombra que se ocultaba detrás de las plantas, no lo veía, sólo sabía que estaba ahí.

-¿Qué quiere? – le pregunté.

-Necesito que me acompañes.

-¿A dónde?

-Hay alguien que tienes que conocer, - sentí una tibieza en el pecho, algo nunca antes sentido, era como un sueño, confiaba por primera vez, no me sentía sola, - sé que ahora comienzas a conocerte, tienes un don que se desarrollará lentamente, pero debes confiar en ti – él hombre salió de su escondite, pude ver su rostro y sobre todo sus ojos, una corriente eléctrica me golpeó en la cabeza, me sentía aturdida, muchas imágenes aparecieron en mi cabeza como una película acelerada, el hombre parado delante de mí, estaba más joven junto a una mujer muy parecida a mí, estaban como un matrimonio feliz, se reflejaba en su alegría, sus ojos. La imagen se desvaneció, mi mente estaba en blanco, lo que me confundió más.

-¿Alguien anotó la matrícula del camión que me arrolló?, ¿qué sucede? -  miré a mi alrededor - ¿alguien me lo puede explicar? – ya me sentía más consiente, sentí un miedo sin razón aparente, sólo quería escapar, entré corriendo a la casa.

-No podrás escapar de ti misma, por mucho que corras – me dijo él.

sábado, 5 de mayo de 2012

5.- EL DESPERTAR...

Estaba preocupada, hacía una semana que me despertaba cansada, dormía toda la noche, aún así era como si recién me hubiese acostado a dormir, ni siquiera recordaba lo que había soñado, aunque mi día estaba recién comenzando, la señora Hellen se refirió a mi cansancio y sugirió que tendría que ver médico o buscar una reemplazo para poder tomarme las vacaciones que tenía acumuladas, ya que no quería tomarlas desde que entré a trabajar con ellos, a causa de mis reclamos, pactamos que serían dos semanas.


A mediados de la semana siguiente, comencé a recobrar mis fuerza, incluso tenía más ánimo, era como si tomara una de esas bebidas energéticas, lo curioso es que lo más fuerte que tomo es café de grano. Esa tarde recibí la llamada que tanto evitaba, seguro que Melisa le dijo a mi padre donde encontrarme, me ordenó ir a su casa el sábado por la tarde, era importante mi presencia, si el gran empresario se molestó en llamarme, tenía que serlo, antes no me preguntaba ni la hora, menos cuando me fui de su casa, y ahora me llamaba para una reunión ¿qué estaría pasando?, su voz seria sonaba algo ¿preocupado?, lo saqué de mi cabeza haciendo los quehaceres de la casa, en cuanto llegó la señora, hablé con ella, no había problema.

Caminaba rumbo a casa de mi padre, sentía el estómago vacío, que luego se transformó en nerviosismo, era tanto que llegué a imaginarme cosas, a mi lado una señora hablaba por teléfono celular, la imaginé en una cocina con dos niños riendo y comiendo galletas; al mirar a una joven que pasaba en sentido contrario, la imaginé estrangulando a una mujer y haciéndola tragarse una hoja de papel, pero lo peor fue cuando miré a un hombre que me observaba, lo imaginé besándome y sacándome la ropa, era asqueroso, por lo que me decidí a no mirar a nadie más, solo baje la cabeza y caminé hasta llegar a mi destino, mientras pensaba en las tonterías que imaginé. La puerta la abrió el mayordomo, me avisó que me esperaban en la biblioteca, antes de llegar apareció Sofía, con cara de satisfacción, me dijo que no me estuviera muy cómoda, ya quela conversación sería corta, aunque lo que más me sorprendió fue imaginarla riendo y festejando que por fin no sería yo un problema para ella, que me sacaba humillada de la casa, sentí que era suficiente, por lo que seguí mi camino ignorándola como siempre.

Al entrar en la sala, recordé las veces que me llamaba por algún problema, al abrir la gran puerta roja y tallada, como siempre mi padre estaba sentado detrás del gran escritorio, con sus lentes para leer revisaba unos documentos, por lo que no me miró entrar, mientras me acercaba a la silla frente a él, escuché toser a alguien en el sentido opuesto de la sala, al mirar, un hombre, aunque más joven, era muy parecido a mi padre, al continuar y sentarme en la silla, por fin levantó la cabeza y al mirarme, las imágenes comenzaron como una película en escenas, el hombre más joven tenía en brazos una pequeña de casi un año la cual colocaba en los brazos de mi padre, mientras le decía que la criara como suya, sentí que un frío recorría todo mi cuerpo, muchas veces Sofía me lo dijo, pero no le presté importancia, era verdad, por ello es que nunca me quiso.

-No soy tu hija – le grité, - tu mujer me lo dijo muchas veces, creí que hablaba por el odio que me tiene – traté de hablar calmada, pero todo me superó, los recuerdos de mi vida solitaria me atacaron, con voz calma le dije – ahora podrás ser feliz con tu familia y desligarte de mi sin culpa, - sin mirar a nadie salí de esa casa, corrí como escapando, sólo quería olvidar a todos en esa casa, era como si ahora toda mi vida desaparece ante mis ojos, cuando la angustia se transformó en cansancio, me senté en una banca de una plaza cercana y comencé a llorar, como si todos esos años de soledad y tristeza quisieran brotar de mi con toda su fuerza y dejarme vacía, caminé sin ver hacia donde iba, pensaba en los años que viví con ellos y nunca mostraron ni un ápice de cariño, realmente para ellos era una carga que no querían llevar. Estaba anocheciendo cuando regresé a mi trabajo, entré por la puerta trasera para que nadie me viera, nadie estaba en la casa, por lo que me acosté, estaba tan cansada que dormí enseguida.

Al día siguiente, desperté cansada y con el cuerpo pesado, lo oculté fingiendo estar muy jovial, era una estrategia que aprendí en la adolescencia, ahora tenía veinticinco años, estaba sola, sin ninguna idea de lo que haría con mi vida, en la noche mientras me preparaba para dormir, deicdí que sería la última vez que pensaría en lo que fue. Recordé que todo me lo mandaba a decir con Sofía, la que aprovechaba el tiempo para recordarme que esta casa estaba a su nombre, que yo era una recogida y que tenía que agradecer el tener un techo donde vivir, pagando con ayudar a las empleadas de la casa, como era floja y sin belleza, que me sirva para conseguir un hombre que me mantenga, tenía que aprender a trabajar, y tenía que terminar la secundaria, la universidad tenia que pagarla yo. Empeoro cuando egresé del colegio, trabajaba y después debía llegar a ayudar en la casa, pasado cinco meses estaba agotada, el día de mi descanso me quedé dormida, después de un sermón de ser desagradecida, me ordenó sacar las cosas de mi dormitorio y dejarlos en el último de los del area de servicio. Un sábado quise salir a bailar, no me lo permitieron, pero salí igual, al otro día desperté tarde, no tenía electricidad en el dormitorio, me vestí y al salir del cuarto, las empleadas me dicen que no comería nada hasta que terminara de hacer lo que me correspondía, órdenes de la mujer de mi padre, me mandaron al supermercado por las cosas de la semana, ahí conocí una señora llamada Ana, quien trabajaba como empleada en casa de una familia extranjera, le pregunté si existía la posibilidad de trabajar con ella, prometió consultar y llamarme por teléfono para darme una respuesta, como me demoré en el supermercado, fui insultada tanto por la madre como la hija, estaba cansada, en el trabajo que tenía no ganaba mucho dinero, por lo que no me alcanzaba para ir a vivir sola, por ello no podía hacer nada hasta tener un trabajo mejor pagado. Al siguiente día, salía de la cocina preparada para irme a trabajar, casi tropiezo con Melisa, quien me mira de pies a cabeza.


-Eres una vergüenza para nuestra familia, aparte de sin gracia, trabajas como una mísera vendedora de perfumes – me dijo mostrando todo su desprecio – no deberías seguir viviendo aquí en nuestra casa, sobras y nos desprestigias, - salió rumbo a la biblioteca, que era donde estaba mi padre todas las mañanas, en esa época ella tenía quince años, pero mostraba que sería igual a su madre, no sabía cuánto tiempo podría soportar esta situación, con mi padre no contaba porque hacía lo que Sofía le pidiera, pensando en esto caminaba rumbo a la calle para tomar un bus, encontré a la madre de Melisa.

-Dariselle, como veo que estas teniendo tiempo para hacer toda tu labor en casa, tendrás que levantarte más temprano para dejar avanzado y en la tarde terminar – me hablaba como si fue una de sus empleadas a quienes pagaba por trabajar – entiende, como no te pido que aportes dinero, tu forma de agradecer el tenerte en mi casa es con tu trabajo, - siguió caminando por el jardín, con esto me quedó claro que ella quería era que me fuera de la casa, ya era tiempo de vivir tranquila. Esa tarde, mientras planchaba la ropa de la familia que había lavado la tarde anterior, me avisaron de una llamada, era la señora Ana, me pedía que fuera al día siguiente temprano a una dirección que me dictó, me sentía optimista, sabía que llegaría tarde a mi trabajo, pero sospechaba que iría solo a presentar mi renuncia, después de eso seguí planchando, me sentía feliz y ansiosa, muy rápido tenía todo planchado.

Desperté a las ocho, no alcanzo a hacer nada, al llegar al baño, estaba con llave la puerta, fui a la cocina a preguntar qué pasaba, todos bajaron la cabeza, entonces entendí que me había quedado dormida y no tenía derecho a usarlo, me cambié de ropa y me lavé la cara y las manos en el lavaplatos, salí rumbo a la entrevista. A eso de las diez llegué al trabajo para presentar mi renuncia, dos días después comenzaba a trabajar con la señora Ana, decidí no decir nada a nadie, después de todo no tenía amigos a quien contarle, al día siguiente fue como el anterior, no pude usar el baño, pero tuve la precaución de ducharme el día anterior en la noche, por lo que en la mañana siguiente me preocupe de preparar mis bolsos con ropa y los escondí bajo la cama, fui a mi antiguo trabajo por mi liquidación, con ella en la mano, volví a casa de mi padre en silencio y terminé de empacar todo, seguí todo normal, volví a ducharme en la noche, por lo que en la mañana a las seis y treinta me vestí, y salí de casa de mi padre para no regresar hasta el día en que fui a conversar con él. Tiempo después conocí a Andrés, era muy agradable, atractivo y me encantaba como me trataba, primer chico con el que salía, íbamos al cine, a bailar y muchos otros lugares, era muy divertido, llevábamos como tres meses, un sábado quedamos en salir a bailar, pero me sentí enferma, por lo que lo llame para avisarle que no podría salir ese día, me contestó su hermana.

-Buenas tardes, ¿Podría hablar con Andrés, por favor? – saludé.

-Buenas tardes, ¿Quién lo llama? – me respondió.

-Dariselle, tú debes ser su hermana.

-Perdón, ¿Quién le dijo eso?

-El dijo que vivía con su hermana…

-Va a ver ese desgraciado, llevamos tres años viviendo juntos, ¿para qué lo llamas?

-Quedamos en salir hoy, quería avisarle que no podré hacerlo, no le diga nada, - me sentía furiosa con él, - disculpe las molestias y … - escuche la voz de Andrés al otro lado de la línea, preguntaba con quien hablaba, la mujer molesta lo insultaba y le decía que su amante lo llamaba para cancelar la cita, no me interesaba seguir escuchando la discusión, por lo que corté la llamada y decidí que no quería saber de nadie y no volví a salir de casa en mis días de descanso, al año y medio de trabajar ahí, la señora Ana sufrió una caída en la escalera que da al jardín, como superaba los cincuenta años, fue grave, por lo que se fue a vivir a casa de su hija y vivir de su jubilación anticipada, quedando sola a cargo de la casa, aunque es grande, la mantención es fácil, de eso van año y medio. Esa era la vida que llevé, ahora comenzaba de nuevo, por lo que no volvería a llorar por esto y comenzaría a preocuparme de mi vida y lo que haría con ella. Con ese pensamiento me quede dormida.


jueves, 3 de mayo de 2012

4.- EL PASADO SIEMPRE TE ALCANZA…

Hacia medio día ya habían llegado todos los invitados, alcance a ver a los primeros invitados cuando terminaba de llevar las últimas fuentes con platos fríos para acompañar la carne que era preparada en el quincho, me escabullí con sigilo en la cocina desde donde podía escuchar el ruido de las risas, vasos y el agua mientras estaban en la piscina, alrededor de las dos de la tarde Mathew recibió una llamada que al parecer estaba esperando, porque apareció enseguida después del sonido del timbre, la atendió en la biblioteca, al regresar a la cocina, alguien estaba buscando algo dentro del refrigerador.


-Se acabó el vino, y Matt dijo que tenía helando algunas botellas aquí, - por su voz ya sabía de quien se trataba, no pensé que él la conociera, como no respondí, la joven levantó la cabeza para mirarme, a sus dieciocho años, su cabellera rubia dorada, ojos celeste y un cuerpo de modelo cubierto por un bikini verde mar, me miró con desprecio – vaya, vaya, mi madre tenía razón, siempre dijo que la cocina podía sorprender mucho, no pensé que sería tan literal.

-No deberías sorprenderte,- le dije, no la soporto, sentía tanta rabia que quería golpear a esa barby serpiente, - después de todo, fue por esa puerta por donde entro a nuestra casa – me alegró ver la furia que tenía en la mirada, ya que me estaba refiriendo al hecho de que su madre fue amante de mi padre cuando a entró a trabajar como sirvienta a nuestra casa, y que salió embarazada de seis meses. Estaba en guardia, ya que sabía que melisa no sólo había heredado la belleza de su madre, sino que el veneno que destila cada vez que hablaba, yo la conocí muy bien mientras compartí casa con ellas.

-Pero lo que más razón tenía, fue al decir que nunca serias gran cosa en la vida – me miró con desprecio riendo irónicamente – tanto estudio para terminar limpiando baños y haciendo camas, gran logro querida hermanita – de mala gana agregó,- a propósito, mi papá te está buscando, debe ser importante, le escuche decir que si no te encontraba pronto, tendría que contratar a un investigador privado – no me agradó escuchar eso, aunque me parecía raro que me lo dijera, debe ser realmente serio, pero no tenia interés en verlo, si antes no le importé ¿Por qué ahora? – Ah, no olvides llevar el vino a la piscina – dicho esto salió de la cocina.

-En mi vida vi tanta muestra de afecto, - me miró pensativo – cada día me sorprendes más, no imaginé que eras hija de tan importante empresario, tengo interés por saber que otra sorpresa tendrás por ahí.

-No quiero ser grosera, pero no hablaré de mi vida privada con usted ni con nadie, con su permiso, - levanté la cabeza con orgullo mientras camino hacia la piscina para llevar las botellas de licor que necesitaban, como hace tres años que estoy dedicada sólo a mi trabajo, perdí la costumbre de estar entre tanta gente, por lo que traté de pasar desapercibida, pero con Matt caminado detrás de mí, resultaba ser una tarea titánica, las piernas las sentía como si fueran a doblarse en cualquier momento, y mi nerviosismo aumentó al mirar lo que parecía un comercial de televisión, el hombre pasó a mi lado y se reunió con el grupo, dejé las botellas en una mesa al lado del quincho, silenciosamente caminé hacia la cocina, miré de reojo y vi a Melisa tratando de llamar la atención de de Matt, en eso choque con algo, sentí unos brazos que me rodearon para no caer por el impacto – disculpe, con su permi… so - al mirar a la persona, la sonrisa de Mauro me relajó, por fin alguien conocido, volví a mirar a Matt, quien nos miraba fijamente, mientras mi hermana le decía algo al oído, con lo que comprendí que él era la víctima escogida, esa situación me hizo recordar a Sofía, su madre, siempre decía que su hija llegaría lejos, por su belleza no aceptaría a cualquiera para ella, debía seguir lo que ella le enseñó, tenía que buscar un hombre con dinero, no como los pobretones que yo tenía por amigos, aunque era gente con menos recursos, para mí tenían mucho más que diez familias adineradas, era ese calor de hogar, que nunca sentí mientras viví en casa de mi padre.

-No entendía lo que decía don Erasmo, cuando contaba que eras como sonámbula, caminaste a mi lado sin tropezar ni chocar con varias cosas en tu camino, al mirar hacia atrás vi una silla, unos peldaños y unas plantas, no me había percatado como llegué hasta la cocina –¡es triste hablar solo!- me dijo con dramatismo exagerado, hacia gestos como un cachorro abandonado, lo que me hizo reír – es verdad, es como si tu mente funcionara independiente de tu cuerpo.

-No lo sé, siempre lo he hecho, es algo natural, ¿quieres un café? – necesitaba cambiar el tema, no me gustaba hablar de algo que no entendía. – No sabía que eras amigo del sobrino de los señores.

-Con Matt!, fuimos compañeros de la school en Estados Unidos, nosotros vivimos allá cuando teníamos como doce años de edad, a los veinte nos vinimos, después de lo que le ocurrió a la madre de él.

-Ahora entiendo la familiaridad con todos.

-¿Siempre eres tan formal para conversar?, a Matt le molesta mucho eso,¿cómo no te ha corregido?

-No lo crea, no presta atención a esas cosas – conversamos de cosas triviales relacionados con el trabajo, estaba anocheciendo cuando entró Matt para avisar que se habían retirado todos, Mauro se despidió, aunque se había ofrecido para ayudar, le pedí me dejara hacer mi trabajo, estaba ordenando el sector de la piscina, cuando el sobrino de los jefes se acercó.

-A mi querido amigo, no le interesó para nada la reunión, por lo que pude ver, conversaron toda la tarde, son unos amigos que se llevan muy bien – me dijo.

-La verdad es que nunca habíamos conversado, hasta hoy – traté de restarle importancia.

-¿En estos tres años? – parecía sorprendido.

-Si, no soy muy sociable, - sentía vergüenza hablar con él, y eso que no me veía el rostro.

-Si, me percaté de eso, la forma como te escondes de todos, pareces una fugitiva o algo parecido.

-Discúlpeme, tengo mucho trabajo – por qué insistían en querer hablar de mí, me hacían sentir incómoda, mientras vivía en esa casa, no quería pensar en nada, pero este hombre me obligaba a reconocer que estaba viva, tratando de olvidar todo, me refugié en el alto de loza que me esperaba en la cocina, mientras mi mente viajaba a ese lugar en donde soy feliz…